1.957 – Naufragio

teresa servan2  Soy la rata que abandona tu cama en medio de la tormenta. Tú, mi capitán, observas cómo las olas arrastran nuestra historia, despedazándola contra el casco. Inmóvil, como el mástil de nuestro barco, intuyes que no volverás a verme. La tristeza en tus ojos pesa tanto que te arrastrará al fondo del océano para siempre.

Teresa Serván

1.659 – Virgen

teresa servan2 Liberado al fin del bastón blanco, el hombre ciego se recuesta en la cama junto a la muchacha. Su barba recia contrasta con la suave melena femenina, empapa el olor que ella desprende e imagina sus curvas.
Tumbada junto a él, la joven parece una niña, duda, es la primera vez que se ofrece a un hombre y el rubor de sus manos delata la timidez virginal. Entonces, olvida el bastón y el perro que custodia la puerta y, pudorosamente, apaga la luz.

Teresa Serván

1.028 – Sobrevivir

  En enero, la muerte lo atropella. En febrero, agoniza. Durante marzo se asoma al mundo de nuevo. Las heridas se cierran a lo largo de abril y mayo. Con el sol de verano vence los últimos dolores y los primeros miedos. En septiembre lo alimenta la certeza de poder con todas las sombras que lo acosan, pero en las tardes cerradas de octubre vuelve a sentirse herido. En noviembre descubre que aún le faltan apoyos por recuperar. Y a finales de año se tumba, derrocado por el esfuerzo de intentar vivir, con capacidad, solamente, para desear estar muerto.

Teresa Serván

Consejos de almohada

almohada Aquella noche debía decidir si iba a abandonarla. Llegó a casa de madrugada y descubrió que su esposa se había quedado dormida en su lado de la cama. Se acostó en la mitad del colchón que no le correspondía. Echó de menos su almohada, gruesa y firme, gran consejera y tuvo que pelearse con la de su mujer. Él amaneció temprano, dispuesto a ponerse el vestido rojo para la boda del sábado. Ella, extrañamente resuelta a huir con la joven amante que ignoraba tener.

Teresa Serván