La mujer de la foto sonreía en la última imagen del álbum. En las primeras aparecía de niña, con sus tres hermanas mayores tirándole de unas coletas pizpiretas, o pintándole la cara con chocolate mientras ella hacía pucheros. Después venían las fotos de juventud: tres damitas elegantes y una adolescente desastrada que las observaba con gesto torcido. En las siguientes, según pasaban los años, ella aparecía seria, como agazapada, y siempre aparte del grupo de tres, luego de dos y en la penúltima, detrás de la última hermana enlutada y madura. En la última estabas sola, sonreías y tu mirada triunfal ponía los pelos de punta.