1.412 – El ermitaño

juan_NARANJO Lo descubrieron unos excursionistas por casualidad. Parecía llevar muchos años aislado y apenas recordaba palabras sueltas. Comunicándose por gestos, éste les mostró orgulloso como hacía flotar objetos en el aire: recolectaba bayas a distancia, las hacía planear con destreza hasta su boca y las masticaba sonriente. Esa tarde los montañeros regresaron sobreexcitados y el ejército no tardó en encontrarle. Una batería de resonancias magnéticas cerebrales y estudios hemodinámicos demostraron que su actividad neuronal era muy superior a lo normal. Surgió entonces un debate de Estado sobre los problemas de seguridad nacional que eso implicaba, pero un delegado del Gobierno dispuso finalmente que la única prioridad fuera reinsertarle en la sociedad. Ahora, meses después, se considera que el proceso ha sido un éxito: tiene un documento de identidad, un número de la seguridad social, una cuenta bancaria, un móvil con código PIN y un ordenador con contraseña. Pero él se siente extraño, en el desayuno ha tenido que levantarse para coger la mermelada.

Juan Naranjo

 

http://acusmartvald.blogspot.com.es/2011/05/pasen-y-vean-juan-naranjo.html

1.400 – Fumata blanca

juan_NARANJO Solamente quedan dos supervivientes en el oratorio. Ahora, sobre una pasarela colgante, deben enfrentarse en un duelo final. Varios metros más abajo una enorme balsa de aceite hirviendo espera al perdedor. Tras injuriarse en latín, el entrechocar de sus báculos retumba en las concavidades de la bóveda, dando inicio a una coreografía de casullas y estolas que prosigue toda la tarde. Ésta termina cuando, por voluntad divina, la mitra de uno de los contendientes, previamente acomodada a conciencia, se escurre de su cabeza desestabilizándole. Su oponente aprovecha y con un golpe certero le precipita al vacío. De entre los alaridos provocados por el ardor que desfigura su piel, surge una humareda lechosa de olor nauseabundo que asciende hasta la chimenea. Fuera una multitud aplaude.

Juan Naranjo
http://acusmartvald.blogspot.com.es/2011/05/pasen-y-vean-juan-naranjo.html