3.033 – El niño que gritaba: ¡Ahí viene el lobo!

Guillermo_Cabrera_Infante  Un niño gritaba siempre “¡Ahí viene el lobo! ¡Ahí viene el lobo!” a su familia. Como vivían en la ciudad no debían temer al lobo, que no habita en climas tropicales. Asombrado por el a todas luces infundado temor al lobo, pregunté a un fugitivo retardado que apenas podía correr con sus muletas tullidas por el reuma. Sin dejar de mirar atrás y correr adelante, el inválido me explicó que el niño no gritaba ahí viene el lobo sino ahí viene Lobo, que era el dueño de casa de inquilinato, quintopatio o conventillo donde vivían todos sin (poder o sin querer) pagar la renta. Los que huían no huían del lobo, sino del cobro –o más bien, huían del pago.

Moraleja: El niño, de haber estado mejor educado, bien podría haber gritado ¡“Ahí viene el Sr. Lobo”! y se habría ahorrado uno todas esas preguntas y respuestas y la fábula de paso.

Guillermo Cabrera Infante
Ejercicios de esti(l)o, (Barcelona: Seix Barral, 1976). En: Brevísima Relación. Antología del microcuento hispanoamericano. Santiago: Mosquito, 1990).

1.897 – La zorra y las uvas

Guillermo Cabrera Infante  Una zorra tenía hambre y, como era extrañamente vegetariana (no hay nada que no haga una zorra por estar a la moda), le echó el ojo a unas uvas que estaban allí cerca pero arriba. Saltó una y otra vez y otra vez y otra vez más, sin alcanzarlas. Miró la zorra a las uvas por última vez y al verlas bien (es asombroso lo bien que ve uno las cosas cuando las mira por última vez) exclamó: “no importa: no las quiero: están verdes”.
Un cuervo que andaba por allí, de paso hacia otra fábula, miró a la zorra, miró a las uvas y se dijo: “no es extraño: esas uvas están verdes porque son uvas verdes”. La zorra no respondió tal vez porque no había oído, tal vez porque era orgullosa, pero seguramente porque las zorras no pueden conversar con los cuervos.
Moraleja: La zorra es un animal que no tiene don de lenguas pero sí puede padecer de daltonismo.

Guillermo Cabrera Infante
Exorcismos de esti(l)o. Barcelona: Seix Barral, 1976.