
Ángel Guache
Ángel Guache
Ángel Guache
Me muerden los relojes. Lucho contra ellos con los pinceles, con un libro… Les atizo con la escoba, con una sartén, con un jamón de pata blanca… Los persigo con un cazamariposas, les lanzo flechas, los trato de insertar en un pincho moruno. Me muerden los relojes. Me pongo una armadura, me visto de buzo y bajo al fondo del mar. Me muerden los relojes. Son animales invencibles. Su tictac es cada vez más rápido, más ensordecedor. Han ganado la batalla a algunos de los seres que más amé. Nada puedo hacer contra ellos. Me muerden los relojes, me clavan sus afilados dientes, me tragan, me devoran.
Ángel Guache
-Pon la otra mejilla… y sin rechistar, ¿eh? A ver si aprendes a encajar los golpes -le dijo el regordete de Carlos Luis, mientras expulsaba el humo de su cigarro puro, asumiendo orgulloso que representaba a la patronal, a su hermano gemelo Mariano, esquelético de tan mal alimentado, a quien, en el reparto, le habían asignado el papel de miembro de la masa asalariada.
Ángel Guache
Celia dio a luz un hermoso botón. Creyó que había sido un sueño. Con sorpresa vio que el botón la seguía por la casa pidiéndole que lo amamantara con hilo blanco y que le cantase una nana.
Ángel Guache