El mozo de la Pizzería Los Insuperables murió esa madrugada con un intenso dolor en el pecho, como si alguien le atravesara el corazón con un puñal.
Es terrible lo que puede hacer una bruja enfurecida con un muñequito de trapo, un alfiler y un cabello de mozo que horas antes había ido a parar a una porción de su pizza.
Etiqueta: Domingo
1.084 – Obcecación
Entre ir al cielo o quedarse en casa, prefirió esto último, a pesar del poder de la propaganda en contra, y del hecho de que en su casa había goteras y muchas y muy variadas privaciones.
Pere Calders
1.077 – Buena voluntad
Créeme, de ayer no pasa que yo te quiera…
Alejandra Díaz-Ortiz
1.070 – Los rincones…
1.063 – El tobogán
Aquel tobogán era tan alto que cada niño que se deslizaba por la rampa llegaba al piso con dos años más.
Martín Gardella
1.056 – El informático nihilista
1.049 – Versión del fin del mundo
1.042 – Los cuentos 6
En la noche de bodas el príncipe descubrió que ella no era virgen. La princesa no se creyó obligada a dar ningún tipo de explicaciones. Al fin y al cabo, ¿a quién le importaba lo que hubiera ocurrido hacía ciento dos años?
Espido Freire
Cuentos malvados. Ed. Páginas de espuma, 2010
1.028 – Sobrevivir
En enero, la muerte lo atropella. En febrero, agoniza. Durante marzo se asoma al mundo de nuevo. Las heridas se cierran a lo largo de abril y mayo. Con el sol de verano vence los últimos dolores y los primeros miedos. En septiembre lo alimenta la certeza de poder con todas las sombras que lo acosan, pero en las tardes cerradas de octubre vuelve a sentirse herido. En noviembre descubre que aún le faltan apoyos por recuperar. Y a finales de año se tumba, derrocado por el esfuerzo de intentar vivir, con capacidad, solamente, para desear estar muerto.
Teresa Serván
1.021 – Puntos de vista
Cansado de las burlas de sus hermanitos, el patito feo decidió abandonar la parvada y lanzarse en búsqueda de un nuevo hogar. Tras varias horas de caminata, llegó hasta una casita perdida en medio del bosque. Golpeó la puerta con su pico tembloroso y una niña sonriente respondió al llamado, quién al verlo tan desprotegido, lo tomó fuerte entre sus brazos y corrió contenta a mostrárselo a su madre. –¡Qué bueno! –pensó el patito, feliz por haber encontrado una familia. –¡Qué lindo! –se alegró la niña, entusiasmada con la nueva mascota. –¡Qué rico! –exclamó la mamá, mientras buscaba la receta del pato a la naranja.