1.714 – El cuento

alonso-ibarrola2-300x200  La niña se despertó a media noche y comenzó a llorar, exigiendo a voz en grito «que le contaran un cuento». La madre, rendida por el cansancio de la fatigosa jornada, se resistía y pidió con mal talante a su marido que interviniera. El marido, mascullando palabrotas, se levantó y se dirigió a la habitación de la niña. Ella quería escuchar, una vez más, el cuento de «Caperucita». El padre, rabioso y enfurecido, contó con gran fuerza descriptiva la popular narración. Introdujo algunas variantes (quizá producto de su mal humor), incidiendo con todo género de detalles en la muerte de Caperucita, devorada no por uno, sino por muchos lobos. Crujieron los huesecillos de Caperucita, se quedó sin ojos, sin dientes, sin nariz, la sangre manchaba el césped… Cuando la niña se hubo dormido, el padre se retiró calladamente. A la mañana siguiente, la madre, observando a la niña, que dormía con el cuerpecito rígido, las manos crispadas y los ojos abiertos, redondos como platos, preguntó al marido: «¿Qué le contaste a la niña?».

Alonso Ibarrola
No se puede decir impunemente ‘Te quiero’ en Venecia.Visión Libros. 2010
http://www.alonsoibarrola.com/

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