Durante largo tiempo el discípulo es atendido por un ayudante del Maestro.
¿Cuándo conoceré al al maestro?, pregunta el discípulo. Todas las veces el ayudante le responde de mal modo: Cuando seas digno de él. El discípulo inclina humildemente la cabeza y estudia con ardor para ser digno del Maestro. Hasta que comprende que el ayudante es el propio Maestro y que ha sido él, el discípulo, quien lo rebajó de categoría. El Maestro lo había sabido desde el primer momento y se había vengado con aquella arrogante contestación.