2.274 – Gemelas

towanda  En cuanto caiga la noche y el agua lo anegue todo, regresaré a casa. Correré llorando a los brazos de mamá y, entre hipos perfectamente ensayados, les contaré que mi hermana se ahogó sin que pudiera hacer nada… Sobrarán más explicaciones cuando me muestre vestida con las desolladas ropas de la difunta. Siempre la prefirieron a ella. Me abrazarán, dando gracias a Dios, por haber protegido a la favorita.
Llevo tantos años estudiando sus gestos, su risa, el estúpido tono de su voz o su modo altivo de caminar, que nadie será capaz de descubrir el engaño.

Towanda*
http://platonenmismanos.blogspot.com.es/2014/12/gemelas.html
*María Sergia Martín

Un comentario en «2.274 – Gemelas»

  1. Nunca le perdoné a mi hermano gemelo que me abandonara durante siete minutos en la barriga de mamá, y me dejara allí, solo, aterrorizado en la oscuridad, flotando como un astronauta en aquel líquido viscoso, y oyendo al otro lado cómo a él se lo comían a besos. Fueron los siete minutos más largos de mi vida, y los que a la postre determinarían que mi hermano fuera el primogénito y el favorito de mamá. Desde entonces salía antes que Pablo de todos los sitios: de la habitación, de casa, del colegio, de misa, del cine -aunque ello me costara el final de la película. Un día me distraje y mi hermano salió antes que yo a la calle, y mientras me miraba con aquella sonrisa adorable, un coche se lo llevó por delante. Recuerdo que mi madre, al oír el golpe, salió de la casa y pasó ante mí corriendo y gritando mi nombre, con los brazos extendidos hacia el cadáver de mi hermano. Yo nunca la saqué del error.
    Rafael Novoa
    Premio Faroni de Relato Hiperbreve 2002.

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