Ya no podíamos contar con él, llevaba un tiempo haciendo cosas raras: a veces hacia girar tanto su cola que salía volando como un helicóptero y con el torbellino tiraba las figuritas del armario, otras se colgaba de la lámpara, se sacudía y nos llenaba toda la alfombra de pelos, pero lo peor es cuando adoptaba la figura de caza, inmóvil como una estatua y la cola se le ponía morada.
Hoy ha venido el veterinario y dice que no hay que sacrificarlo, nos ha explicado que las pastillas anti-pulgas son estas marrones, y las azules, las del abuelo.
María Elejoste Larrucea
VIII Edición de Relatos en Cadena, de la SER
Relatos participantes en la final de mayo
Ganador Semana 28
Ilustración: https://cosasqueaportan.wordpress.com/2012/11/26/hello-world/perro-loco/
Carlos, muchísimas gracias por publicarme este cuentito.
Saludos
Maria
Me encanta!! A veces yo tb me confundo de «pastillas» …;-P