A las niñas de Gamud no se les corta el cordón umbilical cuando nacen; lo conservan incorrupto, mediante un tratamiento que guardan oculto, y continúa creciendo. Rodea la cintura debajo de la ropa y es su garantía de virginidad. Cuando se casan, el marido lo desprende bruscamente y algunas mueren de la hemorragia que suele seguir. El que una muchacha sin su cordón umbilical pretendiera casarse es tan absurdo que ni siquiera se piensa en ello. Desde luego, las relaciones sexuales previas al matrimonio, con cualquier persona, no se consideran en ningún caso.
A las que no se casan, se les arranca el cordón el día de su muerte; con él se ciñen sus muñecas y así bajan a la tumba.
Si se da el caso de que una soltera no lo tenga, se oculta esta circunstancia por todos los medios. Incluso hablar de ello sólo se concibe en los medios más ruines.