—¿Hay un cielo, Nancy?
—No lo sé. Creo.
—¿Crees en qué?
—No lo sé. Pero creo.
WILLIAM FAULKNER
Antes de trasladarlo a un pueblo de la provincia de Zamora, don Manuel Bueno, nuestro cura párroco, no creía en Dios; pero les hacía creer a sus feligreses que creía para no desesperarlos más de lo que estaban. Sus feligreses tampoco creían; pero le hacían ver que creían para que él creyera que lo necesitaban.