
—¿No estás contenta? Ese tren nos llevará a casa.
—Y entonces ¿qué pasará?
—Entonces ya estaremos en casa.
—¿Qué significa estar en casa? —preguntó la niña.
—El lugar donde vivíamos antes.
—Y ¿qué hay allí?
—¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás, encontraremos también tus muñecas.
—Mamá, ¿en casa también hay centinelas?
—No, allí no hay.
—Entonces, de allí, ¿se podrá escapar?
Istvan Orkeny