Un día me encontré cara a cara con un tigre y supe que era inofensivo.
En otra ocasión tropecé con una serpiente cascabel y se limitó a hacer sonar las maracas de su cola y a mirarme pacíficamente.
Hace algún tiempo me sorprendió la presencia de una pantera y comprobé que no era peligrosa.
Ayer fui atacado por una gallina, el animal más sanguinario y feroz que hay sobre la tierra.
Eso fue lo que le dijo el gusanito a sus amigos.