Ciertamente había un letrero: «Campo minado”, pero igual hubiera podido decir: «Se vende lote” o «Cultivo de tomates”. Total, sólo el alcalde y el cura saben leer en el pueblo; los demás adivinan por obvias, la tienda, la iglesia, la prendería, la inspección de policía…
Que es todo lo que necesitan conocer. O necesitaban… porque después de lo ocurrido saben que los caminos transitables tienen ahora un dueño intransigente y explosivo.
Jorge Julio Echeverry
Carlos, que placer me provocó encontrarme con esta página. Te felicito y te agradezco la tarea que llevas adelante con tanto esmero y constancia. Vendré seguido por aquí, y si es posible te pido que me anotes en tu lista para recibir los cuentos.
Te envío un cordial saludo y gracias por todo, también porque encontré mi Interruptus por aquí.
Delfín