Gormitti

pilargalan2008Desde que llegaste, tus fuerzas de ocupación han invadido la casa. Abandonaron la isla de Gorm para sitiar tu cuarto de juegos y mi vida. No es extraño, yo también preferiría este mundo a un lugar volcánico inhabitable. Son extraños, casi tanto como su nombre: Falena, Cortacuellos, o Devoramentes el místico, delirios del márquetin que los ha creado. En mi época los invasores se llamaban clics de Playmobil y, mucho antes, eran héroes anónimos divididos en indios y vaqueros. Y no poblaban islas, sino barcos piratas, castillos o fuertes Comansi. Los tuyos son Gormitti, y viven con nosotros hace un año. Encontrárselos de noche no es agradable y no me gusta que trepen a tu cama. A veces, sus aristas me sorprenden cuando camino descalza, e incluso hay días en que se cuelan en el bolso y, al buscar las llaves, mis dedos rozan sus bordes imprevistos. Vivos porque tú les das vida, sonrío cada vez que los encuentro y acaricio su hocico o sus tentáculos. Juegas con ellos, pero olvidas devolverlos a su isla cada noche. Y cada mañana, al recogerlos, me causa una ternura infinita que vinieras a poner todo en su sitio y al mismo tiempo a dejar todo en desorden.

Pilar Galán

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