De hito en hito el gigante, acometido de sueño y torpor súbitos, baja de las montañas en dos zancadas y se echa a dormir pesadamente sobre los pueblos parduscos de la dehesa. La cabeza de esta mole montaraz se posa entonces sobre Alcaudique. La espalda sobre Agicampe, Túrcal y Membrillar. Las piernas sobre Milanos y Tajarilla. Los brazos sobre Gibrapulpo y Retamales de Plines. A esta particular circunstancia sus habitantes la llaman noche.
Ángel Olgoso
No es por repetirme, pero Olgoso es mucho autor. Gracias por traernos maravillas como las que estoy encontrando en este blog.
AG
Gracias a ti por venir al blog. Un saludo