Los Borruetz, pueblo bárbaro que llegó a dominar un extenso territorio del Asia Menor, veían en la belleza su peor enemigo, lo más propicio para atenuar la ferocidad de un guerrero: la prohibieron.
Jamás conocieron la derrota en sus combates por conquistar nuevas tierras, excepto en Capadocia, tumba de toda su hueste.
Las amazonas nunca supieron por qué los Borruetz habían combatido con los ojos vendados.
Orlando Romano
Mejor que prohibición final, prohibición fatal ¿no crees?