Como si de una gran inmobiliaria se tratase, la religión se presenta como la mejor opción para adquirir una parcela en la eternidad.
La cosa es sencilla. Tú hipotecas tu vida y la inmobiliaria se encarga del resto.
Lo más común es pagar con valores morales hermanados a los valores económicos con que puedas disponer para tal inversión. Son estos últimos los que te pueden mejorar la parcela: a más valores invertidos, más favores celestiales se prometen.
La adquisición es de pura fe.
En lo personal, aún no he conseguido conocer a ningún vecino de aquellos barrios, por lo que, incrédula que es una, prefiero seguir viviendo de alquiler.
Un comentario en «1.200 – Hipoteca»
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¡Muy bueno, Alejandra!
Lo que a mí me hace sospechar, es que ninguno de todos estos inversores que nos rodean tiene prisa por mudarse.
Un abrazo,