Para que no se enteren de que me he marchado, sigo este extraño impulso de salir de noche. Abandono a mi mujer y al niño, que quedan durmiendo, y sigiloso, abro la puerta de casa. Me asusto al encontrarme con el vecino. También con maleta. Cuando llega el ascensor, dentro viene el del cuarto. Nos saluda sorprendido con la cabeza. Al llegar al garaje ya están encendidas las luces de varios coches, y al salir a la calle, ya se ha formado un pequeño atasco. Todos hombres solos. Desconcertado, alzo la vista. En los balcones se adivinan caras de mujeres, y todas están sonriendo.
Un comentario en «1.235 – Conspiración»
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Que sorpresa ver aquí el relato. Gracias por elegirlo.