Mi vida ha sido una constante lucha. Luché contra mis maestros, luché contra mis padres, contra el sistema, contra las oposiciones, contra el conservadurismo burocrático, contra el matrimonio, contra el divorcio, contra las reformas administrativas, contra quienes se obstinaban en desprestigiar las oposiciones, contra quienes abogaban por destruir el sistema, contra mis hijos, contra mis alumnos. Ya digo, mi vida ha sido una constante lucha y siempre (es hora de ir haciendo balance), me ha tocado militar en el bando de los vencidos.