Cenaron en silencio. Veinte años de matrimonio son capaces de agotar todos los temas posibles de conversación. Se levantaron en silencio de la mesa. Ella se dedicó a recoger cubiertos y desperdicios. Él se acostó en la cama matrimonial y se sumergió en la lectura de revistas y periódicos. Media hora más tarde, fue ella la que se tumbaba en el lecho. «¿Quieres apagar la luz, querido?». Dobló el periódico, se quitó las gafas y apagó la luz. Antes de darle las «buenas noches» se le ocurrió preguntar: «¿Esas muñecas hinchables que venden en Norteamérica serán de tamaño natural?». Ella no pudo responderle porque ya estaba dormida.