1.329 – El lavonio

 Hoy a la gente le interesan poco las pruebas con animales. Todo se ha visto ya. Encallecidos por la costumbre, limitados por la exigencia de corrección política, los espectadores prefieren los circos donde solo actúan humanos, aparentemente por propia voluntad. Es difícil encontrar animales capaces de provocar asombro, que puedan dar al mismo tiempo, ciertas garantías de que no se los ha torturado durante su entrenamiento.
En la función de ayer, nuestro lavonio, siempre independiente y poco previsible, engulló a una anciana del público, de carnes correosas, escupiendo sus huesos mondos para verificar la autenticidad de la prueba. Sin embargo los escépticos, que nunca faltan, desmerecían la hazaña Algunos decían que los huesos ya los tenía en la boca Otros no aceptaban que el lavonio pudiera haber comido por propia voluntad a una anciana, sin duda medicada bocado de mal sabor y peligroso para la salud del animal Entre ellos, muchos estaban seguros de que la supuesta anciana era una joven actriz bien maquillada, y ya era tarde para convencerlos de que no estaban en lo cierto.

Ana María Shua
Fenomenos de Circo. Páginas de espuma 2011

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