En el instante en que le doy la espalda –después de un polvo subrepticio en el cuarto de los manteles del restaurante donde celebra la comunión de su hija pequeña– con el vestido aún arrollado alrededor de su cintura y el tanga en el suelo –enganchado al tacón de su zapato de fiesta– me pregunta, en un susurro como de letras minúsculas, si la amo de verdad o lo hago sólo por joder a su marido. Su marido –conviene aclararlo– no es otro que el cabrón de mi jefe……..
Me vuelvo y tomo su cara entre mis manos, mientras dejo que mi mirada se pasee por su piel percudida en un falso moreno, como de cartón antiguo. Me acerco dos pasos hacia ella hasta notar el roce de sus pezones en mi camisa. Al tiempo que cuelo mi muslo entre sus piernas, acerco mi boca a su oído con el único fin de que mi perfume se pegue a sus dudas. Entonces la miro a los ojos y sonriendo le respondo: «¿Tú qué crees?».
9 comentarios en «1.517 – Preguntas abiertas…»
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Felicidades, Pedro. Es estupendo verte aquí de nuevo. Y con este pedazo micro. Ya lo conocía, te lo leí en tu casa. Pero me ha vuelto a maravillar la meticulosidad impecable con que describes los instantes.
Un abrazo.
Demoledor. Cirugía de letras puras.
Pero, ¡qué bien escribes, chiquillo! Una pregunta, que no se pregunta…
Un abrazo
Genial Pedro, muy bueno, me encanta ese susurro de letras minúsculas.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Es un buen micro, pero en cuanto a la forma es harto complicado de leer. Podría estar expuesto de otra manera más clara y seguir siendo igual de detallista.
Me acerco a agradecerte el detalle, Carlos; detallle que me halaga una vez más.
Aprovecho lo tarde que he llegado para agradecer, también, los comentarios.
Un abrazo a todos.
Pedro un micro que nos van desgajando el misterio, la duda que cierra la pregunta final.
Buenísimo, redondo, sí señor!!
abrazos enormes
Pedro:
muy bueno. Y qué mejor cierre con esa respuesta. A final de cuentas, sabemos que no siempre importa lo que se diga,.
Saludos.
Gracia a ti Pedro
Saludos